03 mayo 2006

La verdad os hará libres.

Bajo este titular tan acertado y tan real, hoy he recibido e-mail de Pedro Varela. En su carta, hace un análisis de su situación, de la parcialidad de la mal llamada "libertad de expresión", y de la persecución del sistema que está padeciendo por negarse ha aceptar la verdad que nos intentan imponer.

Su delito, querer pensar por sí mismo.



Alguien que siente y tiene intención de engañar, necesita manipular el lenguaje, para hacer creer lo contrario de lo que realmente pretende. Si tomamos las cosas como son, se trata de libros, simplemente libros. El poder está persiguiendo libros y a quien los edita o difunde. Lógicamente, si se plantea al público: “Señores, vamos a secuestrar y dejar fuera de circulación miles de libros” por el mero hecho de que son libros editados o difundidos por Pedro Varela, quedarían en evidencia, no sólo porque nuestro sistema jurídico impide expresamente una persecución tal del pensamiento, las ideas o la libre expresión, sino porque además, en teoría, la ideología imperante se basa, precisamente, en la libertad de expresión, difusión y comunicación. Previamente, pues, tienen que convertir esta labor de edición y venta de libros en una actividad criminal, como la de quien mata palestinos por el mero hecho de serlo o viola iraníes por haberlos convertido en enemigos de la Humanidad. Para conseguirlo deben contorsionar el sistema jurídico y dar por cierto, precisamente, lo que se haya justamente en discusión. Además, acusan al heterodoxo de lo uno y lo contrario: que es un “genocida” porque niega, revisa o pone en duda aspectos del “holocausto”. Difícilmente puede acusarse a alguien de promover, defender o apoyar un genocidio histórico, cuando precisamente lo que plantean algunos de los libros de otros autores que distribuye como editor o librero, es que dicho genocidio no tuvo lugar o cuando menos no en la proporción que difunde la propaganda. Y finalmente, se ven obligados a manipular la información, para que llegue al público cuanto menos posible de la realidad, poniendo bajo los focos del escenario aquellos puntos que conviene resaltar para su criminalización del contrario.

¿QUE HA SUCEDIDO?

Como sabréis ya por los medios de comunicación, la policía polí­tica del régimen en Cataluña ha vuelto a allanar los locales de la Librerí­a Europa, con la excusa, esta vez, de que Ediciones Ojeda publica libros “contrarios a la Comunidad Internacional” (sic). Tras detenerme a las 9.30 de la mañana, una quincena de funcionarios de policía enmascarados a lo Ninja, estuvieron sacando cajas de nuestros locales hasta casi las 5 de la tarde. De allí me condujeron a una celda en prisión donde, tras pasar por la desnudez de rigor, compartí destino con “otros” delincuentes e inmigrantes de las más diversas nacionalidades allí encerrados en celdas dobles, para pasar posteriormente a “tocar el piano” y ser fotografiado de cara y de perfil con el número de “delincuente” correspondiente en grandes caracteres.

Además de secuestrar alrededor de 6.000 libros (cuyo valor de venta supera los 120.000 euros) y 8 grandes cajas de documentación, cientos de carpetas y miles de fotos y diapositivas, han confiscado los seis ordenadores de que disponíamos con todas las decenas de libros corregidos, enmaquetados y en proceso final de edición, así como los medios necesarios para contactar con nuestros amigos y clientes. También se han llevado los 13.000 catálogos que estaban listos para ser enviados a nuestros interesados, así­ como los 13.000 programas de conferencias que junto con igual cantidad de impresos acababan de salir de la imprenta y no han podido ser pagados. En su ofuscación se han llevado decenas de ampliaciones fotográficas, muchas enmarcadas, con actos de CEDADE de los años setenta y ochenta. Y para obligarnos a aceptar “su” realidad, se han llevado también todas las banderas regionales que adornaban nuestra sala de conferencias. Hubiesen preferido que tuvieramos una bandera negra con la calavera de alta tensión, una gigantesca bandera roja con la cruz gamada y una gigantesca bandera española, a ser posible, con el escudo preconstitucional, el Águila de San Juan. Pero no teníamos otra cosa, junto a la bandera catalana, que ocho banderas regionales aportadas por los diversos oradores: la bandera de Canarias, la de Navarra, la de Borgoña o San Andrés, la de Flandes y la de Dinamarca. Por eso se las han llevado: no entraban en sus esquemas pequeñomentales.

Se han llevado también todos nuestros discos duros y todas las copias de seguridad, los ficheros, mis libretas de ahorro personales, las cuentas bancarias y talonarios de librería Europa, documentos y contratos personales o empresariales, documentos de constitución de asociaciones y han vaciado los grandes archivadores metálicos sin apenas comprobar el contenido. Estuvieron a punto de secuestrar el dinero existente para el pago de las facturas cotidianas, de no ser por la oposición del representante judicial. Se han llevado así mismo grandes cantidades de grabaciones en video, CD o DVD de conferencias, debates o participaciones televisivas e incluso las fotografías personales: quieren saber exáctamente con quién bailo valses, con quien me voy de excursión o asciendo cimas y de qué forma ocupo mi tiempo libre...

Un Estado represivo está asomando las orejas: ¡el suyo! Pero os recuerdo que no tienen el derecho de explotar documentos sin la autorización de las personas en cuestión. Este punto es valido para un editor, un ciudadano, o la misma policía.

UNA CUESTIÓN DE LOGOTIPOS

La calle Séneca, la Librería Europa, las Ediciones Ojeda, Pedro Varela… Una calle, una librería, una editorial, un personaje. Varios nombres para una imagen del enemigo. Primero intentaron durante 5 largos años eliminar al gran pensador cordobés de la historia hispano-romana del mapa de Barcelona, para sustituirlo por esa pobre niña, Ana Frank, muerta de tifus como muchas otras niñas durante la Segunda Guerra Mundial, cuya historia ha sido manipulada y utilizada como ariete de su odio. Se manifestaron, recogieron firmas, armaron escándalo, nos acusaron… Pero Séneca ha permanecido.

Luego intentaron criminalizar a la Librería Europa. Dijeron que nuestros libros eran peligrosos, que nuestros libros había que prohibirlos, que nuestros libros incitaban al crimen. Pero no han podido demostrarlo hasta ahora. ¿No habíamos quedado en que los libros y las ideas no delinquen? Por eso han quemado ha librería, la han asaltado repetidamente, secuestraron ya en su día 20.900 ejemplares y han condenado a su propietario a 5 años de cárcel…por vender libros. Pero la Librería Europa ha permanecido.

Ahora afirman que Ediciones Ojeda publica libros “contrarios a la Comunidad Internacional” (sic) y que atentan “contra las Libertades Publicas y los Derechos Fundamentales”. Y ellos deciden quién es la “Comunidad Internacional” y quién merece o no merece dichas libertades Públicas. Hipócritas, hijos de Satanás, que se arrogan el derecho decidir quién va al santuario y quién merece su santificación en nombre de la libertad de expresión. Se han rasgado las vestiduras durante décadas, se han desgañitado gritando “prohibido prohibir” ideas y pensamientos y lo primero que hacen, cuando están en el poder, es perseguir ideas y pensamientos que consideran unilateralmente prohibidos.

UNA DECISIÓN FIRME: NI UN PASO ATRÁS

En conclusión, podemos añadir que se ensañan contra mí porque soy un personaje simbólico y quieren obligarme a cerrar por las buenas o por las malas. Pero es inútil ¡porque no estoy solo! Sus actitudes arrogantes e ilógicas, que rozan la ilegalidad, crean al final una cohesión sin precedentes entre las personas que aún fortalece más a quienes creen en la libertad de expresión para todos. ¡Van también a reforzar la solidaridad, la comunidad y las ideas heterodoxas de estas personas! La gente se va acostumbrando a la represión del Sistema. Y de todos modos, pierden su tiempo conmigo y además despilfarran el dinero del contribuyente con un ciudadano sin antecedentes criminales que sólo quiere trabajar y tener el derecho irrenunciable de pensar por sí mismo.

Por eso tenemos la firme decisión de seguir trabajando para que la verdad llegue al público. pensad que, en las cuestiones esenciales, nadie os regalará la libertad de expresión, aunque os lo hubieran prometido. Decía el dramaturgo Antonio Gala recientemente que a nadie puede juzgársele legalmente por expresar sus opiniones. El hecho de que la democracia no esté de acuerdo con historiadores revisionistas como David Irving, no la autoriza a comportarse como el Islam saudí contra Salman Rushdie, lo que escandalizó a Occidente. La libertad de opinión es intocable, ¿o no? En todo caso. Contra una opinión, otras. Contra un libro, otros libros (1).

Quien se retire ahora, como suele hacer la derecha, no hace sino ceder terreno al Enemigo. Para la naturaleza, quien tema la lucha, no merece vivir en este mundo de fatigas constantes para todas las especies, incluida la nuestra. Sólo quien haga frente al adversario con una reafirmada decisión de resistencia saldrá victorioso.

Con el filósofo romántico, terminaremos advirtiendo que si algo inquebrantable, insepultable hay en mí, algo que haga saltar a las rocas, se llama mi voluntad. SEA

Pedro Varela
Y todo el equipo de colaboradores del Ciclo de Conferencias, la Librería Europa, las ediciones Ojeda y Amigos de la Libreria Europa.

(1) “El Mundo", 24.2.2006, pag. 3.

COMO AYUDARNOS

Efectivamente, necesitamos todo tipo de ayuda, tanto para reconstruir la infraestructura desmantelada, como para reeditar los libros secuestrados, adquirir los equipos informáticos confiscados, instalar los programas necesarios y realizar e imprimir y pagar el mailing del Ciclo de Conferencias, los catálogos “deportados” y los comunicados necesarios para comunicarnos con los amigos y colaboradores. Rogamos nos indiquéis todos vuestros datos para poder ponernos en contacto lo antes posible. Para cualquier colaboración, nuestra cuenta corriente sigue siendo la habitual:

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